Unos investigadores americanos trabajando en dos estudios diferentes, en los que realizaron un seguimiento de 41000 corredores durante más de 7 años, encontraron que correr reduce el riesgo de desarrollar cataratas y degeneración macular asociada a la edad.
Los estudios, que fueron realizados por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía de Estados Unidos, son los primeros en sugerir que la pérdida de visión puede prevenirse mediante el ejercicio vigoroso.
Paul Williams, un epidemiólogo de la división de Ciencias de la Vida del Laboratorio Nacional de Berkeley, analizó información del estudio de Salud Nacional de Corredores para determinar los beneficios del deporte para la salud. Haciendo un seguimiento a 29000 hombres y 12000 mujeres corredoras, el epidemiólogo encontró que de todos los participantes, 733 hombres y muy pocas mujeres fueron diagnosticados con cataratas.
La investigación informó que, hombres que corren más de 5.7 millas (9.17 Km) al día tienen un 35% menos de riesgo de de desarrollar cataratas comparados con aquellos que corren menos de 1.4 millas (2.25 Km) al día, mientras que los hombres que estaban más en forma fueron un 50% menos propensos a desarrollar esta afección ocular que los que estaban menos en forma.
El Sr. William dijo: “además de hacerse regularmente exámenes oculares, la gente puede tomar un papel más activo en el cuidado de su visión. Este estudio sugiere que las personas pueden, quizás, disminuir el riesgo de estas enfermedades siguiendo un régimen de mantenimiento que incluya ejercicios vigorosos”
Un segundo estudio descubrió que las personas que corrían, de media, entre 1.2 y 2.4 millas (1.93 y 3.86 Km) eran un 19% menos propensos a desarrollar DMAE y las personas que corrían mas de 2.4 millas (3.86 Km) tenía un 42-54% menor riesgo de sufrir esta condición.
Admitiendo que es necesario llevar a cabo unas investigaciones más profundas para explorar la relación, el Sr. William dijo: “Sabemos algunos de los beneficios fisiológicos del ejercicio y sabemos acerca de la fisiología de estas enfermedades, así que necesitamos entender mejor como se interrelacionan.”
Ambos estudios fueron publicados en la Edición de Enero de Investigative Ophthalmology and Visual Science.
Los estudios, que fueron realizados por el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía de Estados Unidos, son los primeros en sugerir que la pérdida de visión puede prevenirse mediante el ejercicio vigoroso.
Paul Williams, un epidemiólogo de la división de Ciencias de la Vida del Laboratorio Nacional de Berkeley, analizó información del estudio de Salud Nacional de Corredores para determinar los beneficios del deporte para la salud. Haciendo un seguimiento a 29000 hombres y 12000 mujeres corredoras, el epidemiólogo encontró que de todos los participantes, 733 hombres y muy pocas mujeres fueron diagnosticados con cataratas.
La investigación informó que, hombres que corren más de 5.7 millas (9.17 Km) al día tienen un 35% menos de riesgo de de desarrollar cataratas comparados con aquellos que corren menos de 1.4 millas (2.25 Km) al día, mientras que los hombres que estaban más en forma fueron un 50% menos propensos a desarrollar esta afección ocular que los que estaban menos en forma.
El Sr. William dijo: “además de hacerse regularmente exámenes oculares, la gente puede tomar un papel más activo en el cuidado de su visión. Este estudio sugiere que las personas pueden, quizás, disminuir el riesgo de estas enfermedades siguiendo un régimen de mantenimiento que incluya ejercicios vigorosos”
Un segundo estudio descubrió que las personas que corrían, de media, entre 1.2 y 2.4 millas (1.93 y 3.86 Km) eran un 19% menos propensos a desarrollar DMAE y las personas que corrían mas de 2.4 millas (3.86 Km) tenía un 42-54% menor riesgo de sufrir esta condición.
Admitiendo que es necesario llevar a cabo unas investigaciones más profundas para explorar la relación, el Sr. William dijo: “Sabemos algunos de los beneficios fisiológicos del ejercicio y sabemos acerca de la fisiología de estas enfermedades, así que necesitamos entender mejor como se interrelacionan.”
Ambos estudios fueron publicados en la Edición de Enero de Investigative Ophthalmology and Visual Science.
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